Las 5 dudas más frecuentes sobre Sostenibilidad

¿Sostenibilidad, sustentabilidad o Responsabilidad Social?

Los términos relacionadas a la sostenibilidad pueden ser algo confusos, pero hay algunas claves para simplificarlos. Lo primero es distinguir entre sostenibilidad y sustentabilidad. Estos dos términos han generado algunas discusiones en los círculos académicos.

Todo empezó cuando “sostenibilidad” fue utilizado en la versión en español del documento “Nuestro futuro común” o “Informe Brundtland”, dirigido por la entonces primera ministra noruega Gro Harlem Brundtland para la ONU, en 1987. El documento nos dice, palabras más palabras menos, que el desarrollo es sostenible cuando satisface las necesidades de las generaciones presentes sin comprometer los recursos necesarios para que las futuras generaciones puedan hacer lo propio.

El término sustentabilidad, por su parte, fue introducido por los académicos de la corriente ambiental, quienes lo defienden asegurando que la “sustentabilidad” deriva de la sustancia o de lo material que la humanidad necesita para sustentar la vida.

Nuestra pregunta es ¿y que hay de lo inmaterial? Por ejemplo, cuando se habla de Patrimonio Mundial, hay dos tipos, el patrimonio material y el inmaterial, y ambos san igualmente importantes como recursos para el desarrollo de la identidad de los pueblos.

La discusión académica no ha concluido, no obstante, en Osom nos decantamos por la palabra sostenibilidad.

Queda entonces adentrarnos en la responsabilidad social. Lo que respecta a este término sí que tiene un consenso, y es la guía ISO 26000:2010, que lo define como la: “responsabilidad de una organización ante los impactos que sus decisiones y actividades ocasionan en la sociedad y el medio ambiente, mediante un comportamiento ético y transparente que:

  • contribuya al desarrollo sostenible, incluyendo la salud y el bienestar de la sociedad;
  • tome en consideración las expectativas de sus partes interesadas;
  • cumpla con la legislación aplicable y sea coherente con la normativa internacional de comportamiento; y
  • esté integrada en toda la organización y se lleve a la práctica en sus relaciones.”

A lo anterior se añade como notas que “Las actividades incluyen productos, servicios y procesos” y “Las relaciones se refieren a las actividades de una organización dentro de su esfera de influencia”.

Otro punto a destacar es que la denominada Responsabilidad Social no se limita a las empresas. Cando la guía ISO 26000:2010 se refiere a organizaciones, aclara que es aplicable a todo tipo de organizaciones, de manera que no escapan las instituciones públicas ni las organizaciones sin fines de lucro o de beneficencia.

¿Cómo sabemos si nuestro negocio es sostenible?

La sostenibilidad es conocimiento y, más aún, es conocimiento científico, entonces la forma más recomendable de aproximarnos a ella es desde la mirada curiosa e inquisitiva de las personas de ciencia, con el deseo de conocer, pero también con la certeza de que siempre es posible mejorar y encontrar algo nuevo. Recordemos que lo que sabemos hoy es sólo una fracción de lo que sabremos mañana.

En otras palabras, algunas acciones o ideas que eran entendidas como aceptables en el pasado, hoy nos avergüenzan. Por ejemplo, la gran discusión sobre abolir la esclavitud como sistema económico era que la economía de los países se iría a pique. La realidad es que la esclavitud se abolió de todas formas en casi todos los países, pero persiste de manera velada como subempleo e incluso como flagelo social. Ahora la llamamos “trabajo forzoso”, término definido por la Organización Mundial del Trabajo.

Si queremos saber qué tan avanzado está nuestro negocio en temas de sostenibilidad, podemos recurrir a diversas herramientas, algunas de ellas están disponibles de manera gratuita en numerosas páginas web y también existen metodologías probadas como la Iniciativa Global de Reporte (Global Reporting Initiative – GRI) o el Sistema B. Lo esencial de este tipo de herramientas es que permiten a los líderes empresariales evaluar periódicamente su desempeño en los aspectos económico, social y ambiental con enfoque en la mejora continua.

¿Cuánto debo invertir en sostenibilidad?

Solo un dueño de negocio o administrador muy comprometido puede decidir cuánto debe invertir en temas de sostenibilidad cada año, un consultor externo probablemente preguntaría: ¿cuánto tiempo desea que continúe su negocio?

Lo que invertimos en sostenibilidad no necesariamente se cuantifica en el corto plazo, en ocasiones incluso debe estimarse de forma hipotética. Por ejemplo: ¿cuánto me costaría una crisis reputacional? Algunas veces la respuesta es: me costaría más de lo que mi negocio puede pagar, de manera que mi negocio desaparecería si sufriera una crisis reputacional o una crisis legal. En ambos casos estamos hablando de riesgos y podemos afirmar, sin temor a ser exagerados, que todo riesgo es un riesgo de sostenibilidad.

Entonces, el primer paso para definir nuestras inversiones en sostenibilidad es hacer una evaluación exhaustiva de los riesgos e incluir entre ellos los reputacionales.

¿Cómo podemos seleccionar a las comunidades de nuestro entorno?

Muchas organizaciones nos preguntan en qué comunidades deben implementar iniciativas sociales o ambientales y la realidad es que esto depende mucho de la organización. La ISO 26000:2010 tiene una materia dedicada especialmente a “Participación activa y desarrollo de la comunidad” y se refiere a las comunidades donde operamos.

Entonces ¿dónde opera mi negocio? ¿puedo delimitar una zona geográfica? ¿o se trata de una comunidad digital? Las comunidades con las que vamos a interactuar podemos definirlas nosotros mismos, sin olvidar la pregunta más importante ¿a quién podríamos estar haciendo daño con nuestro negocio?

La última pregunta puede ser la más difícil de responder, porque normalmente empezamos un negocio para satisfacer una necesidad de la sociedad o para hacer el bien y nos resulta difícil aceptar que al perseguir ese objetivo, podríamos estar haciendo algún daño o pasando por encima de los derechos de alguien. Pero llevémoslo a algo tan simple como preguntar ¿quién cosecha los granos que se usaron para el café que me estoy tomando en este momento? ¿fueron niños?

Otro caso muy común: ¿Dónde se cultivó el cacao para el snack que me estoy comiendo? ¿Se cultivó con agricultura sostenible? ¿Se violaron los derechos de pueblos ancestrales para obtener las tierras?

Cuando respondemos ese tipo de preguntas, quizás descubramos que los impactos más importantes de nuestro negocio están en un continente lejano, donde no tenemos operaciones directas, pero eso no nos exime de responsabilidad y no siempre nos protege de los riesgos reputacionales, de manera que lo más aconsejable es comprender y aceptar que tenemos un impacto y dedicar algo de tiempo y otros recursos a encontrar un camino para reducir ese impacto o compensarlo, si es que esto último es posible (recordemos que los impactos sobre los Derechos Humanos se pueden resarcir, pero nunca compensar).

¿Necesito un gerente de sostenibilidad?

En un mundo perfecto donde los recursos abundan, tener una persona experta en sostenibilidad dentro de la organización es una inversión que muestra su retorno rápidamente. Si el o la especialista es escuchada, identificará los grupos de interés, determinará cuáles son los de mayor relevancia, influencia y legitimidad; amplificará los impactos positivos de la organización con relación a esos grupos y creará los mecanismos para prevenir los impactos negativos.

Si, además, cuenta con la madurez que dan los años, probablemente se preocupará por formar al personal estratégico para que aprenda a identificar los riesgos y oportunidades relacionados con los grupos de interés y, si es una persona visionaria, probablemente llevará a cabo las acciones necesarias para instalar lo que se denomina una cultura de sostenibilidad, donde todos comprenden el propósito y aportan ideas y soluciones para conducir a la organización en la dirección correcta.

En el escenario en el que no contamos con los recursos para contratar un experto interno, siempre es posible buscar asesoría en especialistas externos y, si la organización es muy pequeña y se encuentra en una etapa temprana de desarrollo, entonces la recomendación es que el líder le dedique algún tiempo en la semana a estudiar, sí, estudiar, aunque sea como autodidacta. Conocer sobre sostenibilidad es pensar en el largo plazo y nadie quiere invertir grandes esfuerzos y recursos en fundar un patrimonio para que este se pierda en pocos años.